Sé que en 7 meses que llevo en el
país probablemente tenga una imagen poco verosímil sobre Nigeria. Pero sin
embargo, mi trabajo me ha permitido ver muchos de los rincones oscuros (y otros
no tanto) de Lagos y Abuja. Estas son nuestras conclusiones (de Pablo y mías)
después de tantas y tantas conversaciones intentado arreglar el mundo.
Sinceramente, no creo que difiera
mucho de la impresión final que me llevaré al acabar esta etapa de trabajo. Hay
que recalcar que hablaré generalizando, para bien o para mal, del nigeriano
medio. Como en cualquier sitio, me he encontrado de todo. También digo que es
más fácil fijarse en los malos hábitos y lo chocante para nuestra cultura, que en los puntos buenos que tiene Nigeria. Que son muchos además.