jueves, 15 de noviembre de 2012

Mi quinceava parte


Un mes. Y tan sólo una quinceava parte de lo que nos queda aquí. 

En un mes de vida normal hubiese ido a la uni/máster, por las tardes relajeo en casa y estudiar/trabajar.

Tampoco os voy a contar que mi vida aquí ha cambiado tanto. Pero hay ciertas cosas que se notan. Para mi es la primera experiencia laboral seria. Ya estuve de prácticas en una empresa, pero era un trabajo tedioso y repetitivo. Siempre en la oficina delante del ordenador. De hecho, mientras trabajaba escuchaba podcast. Así de repetitivo era.

Pero esto es diferente. Como ya dije en uno de los primeros posts, esto supone un reto. Y es precisamente eso por lo que llevo tanto tiempo sin escribir aquí. Parece que no, pero tratar con empresas nigerianas requiere un esfuerzo considerable. Y más aún cuando tratas de cerrar agendas. Como es el caso.



Y es que la semana que viene, vienen 12 empresas españolas con la Cámara de Comercio de Madrid. Ahí, ¡fomentando las exportaciones! Y somos tres los que nos encargamos de esta Misión Comercial. Y efectivamente, en Nigeria las mates son iguales y eso equivale a cuatro empresas para cada uno. Con su nota sectorial correspondiente.

Básicamente le organizamos la vida a esas empresas mientras estén aquí. Se van a reunir con constructoras, petroleras, organismos estatales… Lo que pidan vamos. Y quién se lo consigue? Nosotros. Nosotros tenemos que enfrentarnos a esa horda que es el caos nigeriano. O como yo ya lo llamo “my little lovely chaos”.

Efectivamente, es un caos. Pero no como lo describí al principio. De aquella era un novato. Y lo seguiré siendo por 11 meses más, lo sé. Pero un mes aquí, y ves las cosas diferentes. Te aprendes a mover en este mar caótico. Y, creo que hablo en nombre de los dos cuando digo, que nos gusta. Empiezas a acompasarte al movimiento de las olas de llamadas sin responder, emails contradictorios, número inexistentes, empresas que no están donde se suponen que han de estar… A mera vista cualquiera diría “vaya mierda”. Pero es un reto señores.

Un reto. Algo que te haga esforzarte. Moverte. Animarte. Activarte.

No estar sentado en la silla 24/7. Y es que, como ya dije, presta (vocablo asturiano) mucho más cuando consigues tu meta de esta manera. Y sobre todo, aprendes a espabilarte. A echarle morro, a decir que tú te entrevistas con ese tío sí o sí. Y tienes una visión de primerísima mano del mercado. Que eso en sí mismo tiene un valor incalculable.
Pero luego se plantea otro problema. Esa experiencia de primera mano que yo tengo, ¿cómo se la justifico a la empresa que viene aquí? Les podemos decir que el mercado es inexistente para ese producto, que no tiene oportunidades aquí, pero aún así quieren verlo y acaban dándote la razón. Y todo porque no podemos justificar esa experiencia ganada.
No creo que haya mejor manera de empezar mi carrera profesional. En serio.
Motiva muchísimo. (Ya sé que me echo muchas flores, pero es que si no me lo digo yo, no me lo dice nadie)

Pero tampoco os voy a hablar sólo del trabajo.

Fuera de la oficina hay vida. Confirmado.

¿Y que se hace por las tardes? Pues Lagos tiene una oferta para cada uno. Y la verdad que no es muy dispar de la europea. Vienes a casa. Comida hecha por el cocinero (eso sí que reconozco que dista un poco del concepto normal en España). Siesta (igual que en España). Y aquí vienen las opciones.

Futbol. Cine. Vaguerío. Series. Tenis. Pasear. Correr. Salir a tomar algo. Ir a conciertos. Ir al “super” (si, entre comillas porque no es el super que tenéis en mente (eso para otro post)). Cantar (prometo subir un video de esto, Pablo y yo nos salimos)…

En fin. Que efectivamente hay vida.

Y es que aún recuerdo cuando vine aquí “acojonao”, me habían contado de todo. Y la verdad que resulto que ni la mitad es cierto. Esta exagerado. Esto no quiere decir que no sea un país peligroso. Para nada. Pero si vas con ojo, disfrutas más.

Recuerdo al principio, cuando éramos 100% “fresh fish” (como llaman aquí a los novatos), y cómo el conductor nos timó un par de veces. No sabíamos gestionar la electricidad (realmente aún tampoco sabemos). Nos daba vergüenza coger el teléfono de la empresa. Tratábamos al chófer como uno más y no como un empleado (si no los tratas como empleados, se te suben a la parra). Cuando nos daba miedo coger el coche y decíamos que igual para el año que viene nos animábamos (ja!). Cuando desconfiabas de todo el mundo.

Todas esas cosas han cambiado. Para mejor espero. Ya somos sólo un 89,7% “genuin fresh fish”. Y bajando. Sí, he hecho los cálculos.

Pues es lo que tiene vivir en el continente africano. Aprendes muchísimo de la vida aquí. Te das cuenta de que efectivamente es dura, como te cuentan las noticias. Pero lo que no te dicen las noticicas y puedes ver por ti mismo es la felicidad que desprende esta gente. He visto gente viviendo en 4 paredes mal puestas, con un acceso difícil al agua potable, comprando en un mercado del que en mi vida probaría nada.

 Y he flipado con la sonrisa que tienen. Sobre todo los niños. Creo que los mayores ya puede que estén hastiados de algo a lo que no quiero poner nombre. Pero lo niños son inocentes en todas las partes del mundo. Y no necesitan juguetes high tech para pasarlo bien. El hecho de tocar a un oyibo (recordad, blanco) es alegría suficiente para ellos. Es impresionante vivir eso. No creo que lo entendáis solamente por mis palabras.

Basta de melancolía.

Lo que venía a decir con este post, y para concluir, es lo grande que es el mundo, pero a su vez tan pequeño y similar allá donde vayas. No es que sea la persona más viajera, no conozco aún Asia por ejemplo, pero se nota ya.

Quién me iba a decir a mí hace un año que iba a estar escribiendo este post sentado en mi habitación de Lagos, Nigeria.

1 comentario:

  1. Que genial ha sido leerte Javi. Desde luego que el mundo es pequeñito y similar allá dónde vayas, pero viviendo tan cerca ha sido como mirar en un espejo. Espero y veo que lo estas disfrutando mucho, con sus pros y sus contras, África es intenso. Espero poder ir a veros pronto! Un besazo desde Malabo!

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