miércoles, 28 de noviembre de 2012

¡Vámonos de Feria!


Pues hace unas dos semanas vivimos la que fue nuestra primera Feria nigeriana. La “Lagos International Trade Fair”, un nombre muy pomposo para lo que realmente resultó ser. Efectivamente, es internacional, pero enfocado al mercado asiático. También es de comercio, porque te intentan vender de todo. Y finalmente no sé si es una feria en sí, porque se asemeja más a un mercadillo.

La Oficina ya tenía en mente esta feria desde hace tiempo. Siempre se consiguen algunos contactos (no tienen por qué ser buenos, pero son contactos al fin y al cabo). Así que, como todos los años, recibimos la invitación para asistir a la ceremonia de apertura. Nuestros jefes ya tienen más experiencia en estos temas, y saben que estas ceremonias, aparte de comenzar tarde, se eternizan. Así que no estaban muy seguros si la asistencia es un premio o un castigo.

Pero, hablando por nosotros, ambos queríamos ir. Así que lo decidimos como deciden los hombres, a piedra-papel-tijera. One shot. Gané. Me tocaba ir a la ceremonia. Pero me mostraba un poco escéptico por lo comentado antes, ¿es un premio o un castigo?



Resulta que el invitado de honor es el propio Presidente de Nigeria, Dr. Goodluck Jonathan. Qué privilegiado, iba a ver al “presi”. Pero como en todos los actos, el Presidente siempre está invitado, pero nunca asoma la cabeza. Esta más ocupado en otros menesteres. Manda a algún representante o ministro que hable por él. Pero de todas maneras, hasta el último minuto nunca se sabe.

Nos vamos a reunir con parte de la élite de Lagos, así que qué mejor momento para estrenar un traje nuevo, barbuca included.. Aquí está:

Bueno, llega el día D y la hora H, y Luis, el Agregado Comercial, y yo, nos vamos en el coche oficial. Esta vez no el blindado porque estaban los dos reparándose, así que nos toca el coche azul, que no tiene aire acondicionado y no funcionan las ventanillas. Great. Adicionalmente, el asiento del copiloto es eyectable. No está fijado al suelo. Esta vez vamos atrás, pero cuando voy de visitas sí que me siento ahí. La combinación asiento especial con los baches locales… os la podéis imaginar.

Vamos con el chófer oficial de la Oficina, Taewo, un personaje afable y gruñón. Es él el encargado de pelearse con la seguridad del recinto para que nos dejen pasar. Teníamos la invitación y además, somos blancos. Éxito asegurado.

Entramos en el recinto. Una pequeña isla dentro de Lagos Island; antiguamente un campo de cricket, actualmente usado por el Gobierno de Lagos para lo que le dé la gana. Pero las gradas y el césped siguen ahí.



Y cómo no, el evento que se supone que empezaba en 10 minutos, no está ni la carpa instalada. Paciencia. Vamos a dar una vuelta por el recinto, a ver qué se cuece. Y es que todo está igual. Empezaba esa misma mañana la feria pero no hay nada montado aún.  Era previsible, pero no por ello deja de ser frustrante.



Nos sentamos en unas sillas de plástico mientras vemos cómo van montando la carpa con los sillones para recibir (o no) al Presidente y su comitiva. Ya empezamos a hablar con la gente, intercambiar tarjetas y comentar un poco el propósito de la visita. Un periodista nos pregunta quiénes somos y nos pide ver la invitación. Y un hecho curioso, se partió de risa al ver que el invitado de honor era el propio Presidente. Hizo hasta una foto a la invitación, porque no se lo creía. Por lo visto es el pan de cada día con el “presi” y la foto es de mofa.

Cuando ya se empieza a sentar la gente detrás del sillón presidencial (una hora más tarde de lo planeado), nos viene la organizadora y nos dice que nosotros debemos estar sentados en los sillones detrás del Presidente. Y eso que ni siquiera sabía quiénes éramos. El poder de la piel blanca señores. Ser Oyibo aquí es un estatus.


Así que nos acomodamos entre el presidente de la cámara de comercio, de industria y mil cargos más que parecían no tener fin. Y es entonces cuando empieza a sonar la banda. Un grupete con instrumentos que cantan algo así como “Congratulations nigerians… Welcome to trade fair two thousand and twelve” Todavía tengo la dichosa melodía en la cabeza. Tenía ritmo. Cumple con su cometido.

Y de repente se arma un revuelo porque vienen tres coches negros, tintados y blindados a meter el morro en mitad del césped. Ya no se va a jugar más a cricket por supuesto. Y guardaespaldas de traje con metralletas en la mano escoltándolos. Sale el…… Ministro de Comercio. (es el que está sentado al lado del de sombrero, no se le ve la cara)


Era demasiado esperar. Se acomoda el ministro, y las azafatas nos empiezan a poner estas “flores” en las chaquetas, uno a uno.

Ya completos y sentados en los sillones, nos preparamos mentalmente para un tiempo eterno de discursos.

No fue suficiente preparación.

Menos mal que al menos no estábamos en las sillas de plástico, que nos sentamos en los sillones cómodos. Y es que a los nigerianos otra cosa igual no, pero el protocolo les encanta. Comienzan a nombra uno a uno las personas invitadas al evento, el mencionado en cuestión se levanta, saluda, le aplauden, y se sienta. Fin. Parece sencillo, pero es que tardan un minuto para cada uno, para decir sus cargos, nombres… En fin… Y no para de llegar gente, dar sus tarjetas para que les presenten, y sentarse en la zona VIP. Paciencia.

Luego se pone a hablar el presidente de la cámara de nosédonde, y, tal y como dicta el protocolo, tiene que presentarse a todos y cada uno de los que estamos sentados. Volvemos a repetir el proceso anterior. Luego suelta su discurso. Para al final volver a mencionar uno a uno a todos para agradecerles la participación. Paciencia.

Pero es que tardan más en presentarse y agradecer que en el propio discurso. Habla ahora el Deputy President of ____. Idem. Paciencia. Se agota.

Y otro más. Pero ¿cuándo habla el ministro?

Paciencia. Otro más. Suena la banda con alguna canción pero es que ya no quedan fuerzas. Llevamos dos horas de evento nonstop, bajo un toldo que quita parte del calor, pero no todo. La humedad es casi sofocante y me estoy dando cuenta que esto, efectivamente, era un castigo.

Por fin habla el ministro, primero en su nombre (prometiendo el oro y el moro) y luego en nombre del Presidente (prometiendo más de lo mismo), porque, tal y como dijo, “nadie habla después del Presidente”. Agradece de nuevo uno a uno la asistencia a la feria y nos ponemos a contemplar el que sería mi primer baile étnico.

Cambian la orquesta, ahora tocan instrumentos más, digamos, auténticos. Y sale una mujer con un cesto en la cabeza lleno de platos. Danzando a su ritmo. Mirar, no sé realmente cómo explicarlo, porque la verdad no entiendo nada de lo que hacía ni su simbolismo, con lo que es mejor que veáis el siguiente video:


Como comprenderéis, tampoco era plan de ser un turista al 100%, hay que dar una imagen. Así que por eso se corta tan a menudo. Eso sí, durante este acto, nos pasaron unos pinchos de algo nigeriano que estaba muy rico, agua y la guía oficial de la feria (con todos los asistentes).



Ya va llegando a su fin la presentación.

Sólo queda que el ministro corte un lacito blanco en una puerta improvisada. Delante de mil cámaras por supuesto.

¡Queda inaugurada la Lagos International Trade Fair 2012!

Pero no hay nada montado aún. ¿Perdón?

Espera, que el ministro va  a hacerse más fotos en ese minipabellón en construcción. Que por lo visto tiene 4 puestecitos. Así que Luis y yo nos animamos, porque ya que estamos, no perdemos nada. Y efectivamente, no perdemos nada, pero tampoco ganamos. Visita inútil. Cuatro puestos, donde el ministro se hace la foto de rigor y se va.

Nos aventuramos a ver los pabellones grandes, pero está todo en construcción. Sólo está montada la carpa (y a veces ni eso).

(este cartel es común en todo Lagos, la gente tiende a orinar donde pueda = multa de 25€ o cárcel)

Así que decidimos volver la semana que viene. Esto fue un viernes, pues queremos volver al día siguiente a la nigeriana = martes.

Esta vez vamos Pablo y yo. Ya un martes, con nuestras guía trilladas para ver a quién queremos ver y que merezcan la pena, cogemos a nuestro entrañable Taewo y a la feria. De nuevo gracias al chófer pasamos sin problema, y eso que nos querían hacer pagar, pero el grito de “embassy” pone a todos firmes. Mola.

“Bueno Pablo, ¿cómo lo vamos a hacer?” “Pues no sé, vamos a ver un poco esto primero, ¿no?” “Ufff, espero que esté ya montado, y con el aire por favor” “Coño Javi, ¿qué es esto? ¿Dónde estamos?” “Nah, un antiguo campo de cricket, ahora terreno polivalente” “Aaaah, menudo caos” “Ya, igual lo mejor es que cada uno por su lado y luego nos llamamos” “Si, será lo mejor”

Y nunca más se supo.

La conversación no fue así exactamente, pero se asemeja. Y es que no estaba todo montado aún. Aún… Pero esquivando tablas, sofás, televisiones, retretes… Pues vas buscando tu puesto, el que te interesa, el que investigaste en la Oficina y dijiste “es bueno”. Pues lo encuentras (afortunado), lo ves, y dices “Pero si este en la web m dice que hace paredes de yeso, ¿cómo es que aquí se dedica a la importación de ventiladores?” Nigeria, once again.

Paciencia. (Como veis, es la palabra más repetida y que más cuesta aprender en este país)




“Excuse me, ma’am. ¿Dónde está esta empresa?” “Allí, detrás del pabellón chino” Eeeeerror, no está aquí. Preguntemos de nuevo.

“Sorry, sir. ¿Dónde se ubica esta empresa? Me dijeron que por aquí.” “¿En serio? No way. Está al fondo a la izquierda” Eeeeeerror, tampoco está aquí.

Hago lo que tenía que haber hecho desde el principio, llamar directamente a la empresa. “¿Dónde estás?” “En el pabellón chino, detrás”………..           (¬¬)Estás de coña.

Pues bueno, así está la cosa. Parecen nimiedades, pero a esto le añades un traje con su corbata, atmósfera asfixiante, unos 29 gradillos y un sol de justicia (no hay carpas en todo el recinto), pues la ecuación se complica. Bastante. Paciencia.

No os voy a contar las entrevistas cómo fueron y tal. Algunas buenas, otras malas. Pero en general poco productivas. No es cómo lo habíamos soñado.

Como dos-tres horas más tarde, intentamos quedar juntos Pablo y yo para comer algo. Pero antes dimos una vuelta por esos puestecitos de mercadillo. Y ¡ya cae la primera compra navideña señores! (Y la última me temo que también) Le va a encantar a la mozuca :)

Pues buscamos un puestecito para comer algo rápido. Arroz con pollo. Picante, por supuesto. Pablo se adapta mucho mejor a la comida nigeriana que yo. Ya sabéis de lo que hablo.

A él tampoco le fue muy bien la mañana. Así decidimos ir juntos desde ese momento. Y es que parece que así te toman más en serio. Curioso. Pero aún así, nos prometen el oro y el moro, pero luego naaaaasti. Acostumbrados.

Y ya poco más que contar. Quizá lo “mejor” fue la experiencia del acto inaugural, placer que con sumo gusto se lo cedo a Pablo el año que viene.

Al final, de poco nos valió esta feria para nuestra Misión Comercial de hace unos días. Tuvimos que pelear los contactos en otros terrenos más peligrosos, los del enemigo. Se arriesga más, te mueves en su zona de confort, pero son mejores reuniones que cualquiera que pueda conseguir en esta feria. Pero oye, que se han ido contentos. Si es que al final, si no hay riesgo, no hay gloria.

1 comentario:

  1. Javier ya te veo del todo integrado en Nigeria y forrándote de paciencia para tratar de intgrar un poco el país. Me acordé de que hoy es tu santo y pensé que atantos kilómetros te prestaría una felicitación desde Ovieod, así que ahí.
    Muchas felicidades D. Javier - porque con ese traje tan elegante y ese nivel, ya eres Don Javier- que le saques todo el jugo a esa experiencia y quew disfrutes de todo lo bueno que tiene Nigeria que como todos los sitios, al go tendrá.
    Un abrazo con sabor de España

    Carmen Márquez

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